El último horizonte

59

Mi madre repartía el guiso a partes iguales en los cuatro platos dispuestos en forma de cruz. Nos habíamos sentado alrededor de la mesa donde, desde siempre, nos reunimos para almorzar. Eran las tres de la tarde y mi padre había puesto el telediario, que en primera plana anunciaba las campanadas de Año Nuevo en Australia. De pronto mi teléfono móvil vibró en mi pantalón. Sin mirar el número que aparecía en la pantalla, pulsé la tecla y respondí. No me dio tiempo a saludar siquiera. Una voz conocida me dio la enhorabuena por algo que hasta entonces ignoraba. Hay llamadas que cambian una vida entera, noticias que revuelven los cimientos de la conciencia y modifican todos los planes que se habían trazado con escuadra y cartabón sin solución de continuidad hacia el impreciso futuro; hay personas que, sin ser conscientes, proyectan tu camino en una dirección bien diferente a la jamás imaginada, y apenas puedes oponerte o resistirte. También hay deseos que nos da miedo terminen concediéndose, pero no podemos controlar todas las variables que pueden afectar y truncar el rumbo de la rutina en la que estamos imbuidos. Y a veces, tras los tonos insistentes de un teléfono que descolgamos sin reparo, como otro día cualquier habríamos hecho, aguarda alguien –da igual quién- que viene a anunciarnos cómo aquello que temíamos y ansiábamos a partes iguales acaba de cumplirse.

El tres de marzo de 2013 me trasladé a Madrid para afrontar un nuevo reto, para empezar una nueva etapa de mi vida. El Ministerio de Educación me concedió la beca de Formación del Profesorado Universitario (FPU) a desarrollar en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC durante los próximos cuatro años. En concreto, emplearé mi tiempo en conocer más a fondo la historia, la sociedad y la cultura de América, centrándome especialmente en el ámbito caribeño. El soporte de mi familia y mis amigos ha sido decisivo para atreverme a seguir avanzando en busca de nuevas metas que alcanzar y superar. Este espacio está dedicado a todos los que me ofrecen su apoyo incondicional, da igual la coyuntura, y que tanto aguantan mis manías, desmanes y depresiones sin fundamento.

Como ya hiciera en otras ocasiones, este blog nace con el único objetivo de transmitiros mi entusiasmo por la Historia, los viajes y las reflexiones que los acompañan. Intentaré sacar tiempo para haceros llegar parte de mi experiencia investigadora, pero sobre todo os hablaré de los lugares que visite en nuestro país, así como, si se da finalmente la ocasión, en Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Cuba o Puerto Rico.

Os agradezco previamente que decidáis acompañarme en este viaje hacia el otro lado del océano, en busca del último horizonte tras el que se descubra la silueta del “Nuevo Mundo”.

2013_tierra_a_la_vista[1]

Un pensamiento en “El último horizonte

  1. hola hijo,gracias por la paciencia pero ha sido un error de colocar la direccion en el sitio adecuado,pero al finar te encontre como siempre.tu padre dice que asi se aprenden lo tuyo viajando,por mi parte me gusta como lo has detallado,y ya sabes que tienes en mi a una fiel seguidora de tus relatos , besos hijo y para lo que quieras tanto tu como tu hermana qui me teneis

Deja un comentario